F

primero

Despedirse de un lenguaje es como mutilar una parte de nuestro espíritu

Pero también es descubrir que somos otros cuerpos.

Es plantar semillas que nunca antes vimos

Deseando que se conviertan en frutos y no en migajas.

Ahí están

Los baldíos que en los sueños nos dan miedo.

Este presente no tiene nombre. 

Hoy toca llorar el transcurso que es partida y bienvenida

Sentir lo que nunca nos atrevimos.

Ayer soñé con un hombre

Detenido en una emocionalidad que no variaba

Como si hubiera alcanzado su final.

Había mutilado todas las partes de su espíritu

Para convertirse en un demonio con forma de flor


segundo


Herido por el mundo

Los brazos me pesan

Una angustia

Los recorre

No tengo ganas de comer

Ni de bañarme

La garganta no quiere estar

La facilidad para comunicar

Quedó perdida

Todas estas palabras las saco a ganchos

En la paradoja de querer decir algo

Con la voz cansada